lunes, 19 de enero de 2015

Orígenes de la teoría del apego.


Orígenes de la teoría del apego.
Extracto realizado por Joaquín Benito Vallejo

De una manera escueta, se entiende por apego, el vínculo afectivo que se establece fundamentalmente entre padres e hijos.

Según la exposición del propio autor (Bowlby – Paidos  1996), durante los años 1930 y 1940, diversos autores desconocidos entre sí, entre los cuales los más mencionados hoy día son Anna Freud y René Spitz, llevaron a cabo estudios  sobre los efectos negativos que el prolongado cuidado institucional y los cambios de la figura materna durante los primeros años de vida tienen sobre el desarrollo de la personalidad.

Los primeros trabajos sobre la importancia de las relaciones tempranas del niño se deben a René Spitz (Viena, 1887 - Denver, Colorado, 1974). Este famoso médico y psicoanalista mostró, en "El primer año de la vida del niño", los efectos devastadores de la privación afectiva en el desarrollo infantil a través de sus investigaciones sobre el "hospitalismo", demostrando que cuanto más temprana y más prolongada es la privación de las figuras de apego, más demoledores son sus efectos.

En 1949 Bowlby fue encargado en la Organización Mundial de la Salud, a elaborar un estudio sobre las necesidades de los niños sin hogar. Dicho estudio fue presentado en 1951 con el título Maternal Care and Mental Health, donde se analizaban las pruebas amplísimas que se conocían sobre la influencia adversa que tiene en el desarrollo de la personalidad, el cuidado maternal inadecuado durante la infancia, llamando la atención en esto, la aguda aflicción de los niños que se ven separados de aquellos a quienes conocen y aman.

Aunque el material escrito al respecto tuvo una cierta repercusión, más aún la tuvo la documentación filmada. En los años 50 la primera película de René Spitz , Grief: A peril in Infancy y otra de J. Robertson, A Two-Year-Old Goes to Hospital, ejercieron una enorme influencia.

Los estudios siguieron. Mary Ainsworth presento un informe en la ONS en 1961 donde analizaba los diversos y amplios datos obtenidos.

Otra gran influencia fue la publicación en 1950 de Harry Harlow sobre los efectos de la privación de cuidados maternos en los macacos, -estimulado este trabajo por los informes de Spitz-, donde una vez más las películas tomadas desempeñaron un importante papel.

Harry Harlow (1905-1981) con sus investigaciones con monos (que le llevaron a descubrir la necesidad universal de contacto), fue quien encaminó a Bowlby a la construcción de la teoría del apego. En sus experimentos, Harlow separó a los monos de sus madres reales y los colocó en una jaula con dos madres sustitutas construidas a base de madera y cables, y con caras que imitaban las de los monos. Una de estas madres estaba recubierta con telas afelpadas, lo que permitía al bebé mono abrazarse a ella. La otra no era más que un armazón de madera y alambres dotado de pezones artificiales. Por otra parte, mientras que la mitad de los bebés eran alimentados con un biberón acoplado a la madre de trapo, la otra mitad recibía la leche a través de los pezones de la madre de alambre.
Sorprendentemente, Harlow descubrió que los monos pasaban de 17 a 18 horas diarias con la madre de trapo y menos de una con la de alambre, con independencia de cuál de las dos les proporcionase el alimento. Con ello demostró que el desarrollo del apego de los monos Rhesus no está en dependencia del amamantamiento, sino de la posibilidad de acurrucarse al lado de la madre y abrazarla amorosamente.


Aunque no está comprobado que las cosas funcionen igual en el caso de nuestra especie, los experimentos de Harlow han incitado a otros investigadores a buscar explicaciones del vínculo de apego humano en factores más allá de los procesos de condicionamiento y de aprendizaje.


Hasta entonces se decía que el estrecho vínculo que el niño establece con la madre radica en que ella lo alimenta. En 1951 Bowlby conoce los trabajos de K. Lorenz sobre los patos y ánsares. Los temas relacionados con la conducta instintiva revelaron un mundo nuevo. Los científicos estaban investigando en especies animales problemas que atañían también a los humanos como es el caso de las relaciones duraderas que se establecen en muchas especies. El descubrimiento de Lorenz revelaba que en algunas especies se desarrolla un fuerte vínculo con una figura materna individual sin intermediación del alimento, ya que estas crías no son alimentadas por los padres sino que se alimentan de insectos ellas mismas.

Partiendo de la observación de diversos traumas infantiles y sus secuelas, así como la conducta de niños en situaciones difíciles, Bowlby intentó construir una teoría del desarrollo de la personalidad, lo cual condujo  al concepto de la conducta de apego, distinta a la conducta de la alimentación y a la del sexo, que habían sido las mayores influyentes hasta ese momento. Esto contó de inmediato con el apoyo de las conclusiones de Harlow, según las cuales las crías de macaco muestran una marcada preferencia por una tierna madre ficticia que no le da alimento, en contra de otra madre “dura”, -de alambre en el experimento-, que sí le alimenta.

La conducta de apego se define en principio, por el mantenimiento de la proximidad con otro individuo, que proporciona seguridad y protección, sobre todo en momentos de enfermedad, fatiga, miedo, etc. La figura de apego es alguien accesible y sensible que proporciona seguridad y motivación. Si esto es muy obvio en la primera infancia, puede observarse también en cualquier momento de la vida sobre todo en situaciones de emergencia, crisis, estrés, enfermedad, pérdida. 

Durante estos años la teoría del apego ha sido ampliamente aclarada y ampliada. Los colaboradores más notables fueron R. Hinde y Mary Ainsworth. Esta última con sus colaboradores ha promovido estudios empíricos en África y Estados Unidos y ha hecho que sea la teoría mejor sustentada del desarrollo socio-emocional.


A partir de estos trabajos Mary Ainsworth conceptualizó 3 tipos diferentes de apego. 
Apego de tipo seguro: Una madre sensible sintoniza bien con las señales que emite el bebé y por tanto proporciona al niño una base segura desde la cual este puede explorar el entono y regresar cuando se asusta o se cansa. Los niños lloran poco y se muestran contentos.



Apego ansioso-resistente-ambivalente: la relación con la figura de apego oscila entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y el mantenimiento del contacto. Se trata de niños cuyas madres se comportan de forma inconsistente, mostrándose cálidas en unos casos y frías en otros. Los niños no están seguros de que su madre esté disponible cuando la necesiten y, justo por ello, lo pasan mal ante la ausencia de la figura de apego, a la vez que se muestran ambivalentes ante su presencia. El niño está inseguro de si su figura de apego es accesible o no. Se aferra a la madre y se muestra ansioso ante la exploración del medio. La madre se muestra insensible y no responde a tiempo o de manera adecuada. De forma inconsistente, cálida en unos casos, fría en otros.  



Apego ansioso-elusivo: la relación con la figura de apego se caracteriza porque los niños no utilizan a su madre como base segura. No la miran para comprobar su presencia, sino que la ignoran. Se trata de niños que han sufrido muchos rechazos previos y que, para evitar frustraciones intentan negar la necesidad que tienen de la madre. El niño no espera una respuesta servicial de la madre, por lo que tiende a construir una coraza que le permita protegerse y evitar contactos futuros.

El papel del apego en el desarrollo de la personalidad se ha basado en conceptos de la teoría de la evolución, de la etología, de la teoría del control y de la psicología cognitiva.
La teoría del apego subraya: a) el status primario y la función biológica de los lazos emocionales íntimos entre los individuos; b) la poderosa influencia que ejerce en el desarrollo de un niño el modo en que es tratado por sus padres; c) los actuales conocimientos sobre el desarrollo del niño exigen que una teoría de los caminos del desarrollo reemplace a las teorías que recurren a las bases específicas del desarrollo, en las que afirma que una persona puede quedar fijada y/o a las que puede regresar.
La teoría del apego considera la tendencia a establecer lazos emocionales íntimos como un componente básico de la naturaleza humana, presente en el embrión y que prosigue a lo largo de la vida hasta la vejez. En la infancia los lazos se establecen con los padres o sustitutos, a los que se recurre en busca de protección, consuelo y apoyo. Durante la adolescencia y adultez estos lazos persisten pero son complementados por nuevos lazos.
Aunque el alimento y el sexo en ocasiones son importantes en las relaciones de apego, la relación existe por derecho propio y tiene una función propia y clave para la supervivencia.
El 1º medio de comunicación es la expresión emocional y la conducta que la acompaña. La comunicación emocional persiste como la característica principal de las relaciones íntimas durante toda la vida.  Los lazos emocionales no se derivan del alimento ni del sexo. La necesidad de consuelo y apoyo no se considera pueril. Es considerado como un rasgo importante del funcionamiento afectivo, de la personalidad, y de la salud mental. El acto de proporcionar cuidados es igual de importante que la búsqueda de cuidados.
La exploración del entorno y el juego con los compañeros es otro componente básico. Cuando un individuo en cualquier edad se siente seguro goza de mayor capacidad de explorar. Al contrario de cuando está ansioso o enfermo.
En el plazo de unos días es capaz de distinguir a su madre mediante el olor, la voz, y por la forma de sostenerle –tono-.
La conducta de apego se organiza mediante un sistema de control dentro del SNC análogo a otros sistemas como la homeostasis fisiológica.
Contiene dentro de sí misma una teoría de la motivación.
Pautas de apego y circunstancias que determinan su desarrollo. El papel que desempeñan los padres con su trato en el modo en que el niño se desarrolla es esencial. Esta influencia también se relaciona con los cuidados emocionales  que recibe la madre en esos momentos. Y por otra parte, es probable que el comportamiento dela madre responda a los comportamientos de su propia madre, de las relaciones de apego que se establecieron en su propia infancia.
Cada pauta de apego una vez desarrollada tiende a persistir. Y se reproduce en general en todas las situaciones con otras personas. Los que mostraban una pauta ansiosa elusiva probablemente serán descritos como niños emocionalmente aislados, hostiles y antisociales, que buscan de un modo excesivo la atención. Los de pauta resistente son niños que también buscan excesivamente la atención, pero tensos, impulsivos, frustrados, o como pasivos e incapaces.

Bibliografía

1.    Bowlby, J. Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. Ed. Morata. Madrid 1986.
2.    Bowlby, J. Una base segura – Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Ed. Paidós. Barcelona 1996
3.    Montagu, A. y Matson, F. El contacto humano. Ed. Paidos. Barcelona 1983
4.    Spitz, R.A. El primer año de la vida del niño. Ed. Aguilar. Madrid 1986

 


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domingo, 18 de enero de 2015

El sentido del tacto


El sentido del tacto 
–Comunicación humana a través de la piel- 
Ashley Montagu. 
Colección Arión –Ediciones Aguilar Madrid 1981




Montagú empezó a reflexionar sobre el sentido del tacto y la piel hacia 1994. Hasta entonces apenas existían pruebas experimentales en que apoyarse. Su libro se asienta en muchas fuentes de información recopiladas hasta 1953. Se interesa por la  forma en que las experiencias táctiles o sus carencias influyen sobre el desarrollo de la conducta.

La piel es el más extenso, sensible y antiguo de los órganos. El primer medio de comunicación y nuestro protector más eficaz. El más importante órgano del cuerpo humano tras el cerebro.

El sentido del tacto –residente en la piel- es la madre de todos los sentidos. Despunta antes que todos los demás. El embrión con menos de 8 semanas de una pulgada de tamaño, carente aún de ojos y oídos, ya reacciona al contacto táctil de la piel. En el medio acuático amniótico la piel responde a los cambios físicos, químicos, nerviosos y térmicos. 

Nace del ectodermo igual que los órganos sensoriales y el sistema nervioso. Su desarrollo prosigue durante toda la vida y su sensibilidad depende de la estimulación externa que reciba. La sensibilidad cutánea se desarrolla antes que las demás y más completamente durante la vida prenatal. Según la ley embriológica: cuanto más pronto se desarrolla una función más importante es.

Existen unos 50 receptores por cada cien milímetros cuadrados sensibles a la temperatura, al dolor y al tacto. De 7 a 135 corpúsculos táctiles por centímetro cuadrado. Más de medio millón de fibras sensitivas.  La piel debe llevar a cabo variadas respuestas para adaptarse al entorno circundante: desplazamientos del aire, gases, partículas parásitos virus, bacterias, cambios de presión y de temperatura, humedad, luz,  radiaciones…

Es el sistema orgánico con la máxima extensión: 2500 cm cuadrados en el recién nacido, 18.000 en el adulto, el 18 x 100 del peso total del cuerpo.
Desempeña 4 funciones fisiológicas: 1- protege a las estructuras internas de los agentes externos: radiaciones, invasión de sustancias, etc.;  2- Es un órgano sensorial; 3- regula la temperatura;  4 – Interviene en el metabolismo y almacenamiento de grasas, agua y sales.
No solo es el órgano más extenso sino que tienen una amplísima representación en el cerebro. Según las leyes neurológicas, la extensión de un área cerebral depende  de la complejidad de funciones que regula. Las proporciones del área cerebral del tacto subrayan la importancia de las funciones táctiles en el desarrollo de la persona.
En cuanto sistema sensorial, la piel es el órgano más importante de nuestro cuerpo. Se puede permanecer ciego y sordo toda la vida y completamente desprovisto del olfato y del gusto pero es imposible sobrevivir  a la privación de las funciones desempeñadas por la piel. Helen Keller que perdió el oído y la vista durante la infancia “creó” una mente nueva mediante la estimulación de la piel.
La analgesia cutánea acarrea un riesgo a la vida al carecer de señales de peligro. 
La constante estimulación de la piel por parte del medio ambiente mantiene el tono muscular y sensitivo. El circuito de doble sentido entre el cerebro y  la piel no se interrumpe ni durante el sueño. La importancia de la piel no concierne solo a la ontogénia de las funciones físicas sino también a la evolución de la conducta. Los efectos de las experiencias táctiles sobre la conducta son innegables. Un estado de ánimo atormentado puede traducirse en una erupción cutánea, la urticaria, la psoriasis y otras enfermedades de la piel constituyen en muchos casos trastornos psicológicos.
¿Qué tipo de estimulaciones cutáneas se requieren para que el desarrollo sea normal, tanto desde el punto de vista físico como respecto a la conducta?  ¿Cuáles son los efectos de la ausencia o insuficiencia de determinados tipos de estimulación cutánea? 
Para que un miembro de la especie Homo Sapiens se convierta en un ser humano normal ¿Es necesario que viva determinadas experiencias táctiles durante los primeros años de su vida?


LAS RATAS y el contacto
En experimentos hechos con ratas a causa de la extirpación de la glándula tiroides y paratiroides, se encontraron que los  grupos de ratas que habían sido estimuladas  con caricias sobrevivieron a la operación en un 65  % mientras que las ratas que no habían tenido ningún contacto murieron en un 100 por 100. Las caricias y muestras de cariño originaban en las ratas una estabilidad nerviosa que compensaba la pérdida de la hormona paratiroidea, así como sosiego, tranquilidad y una falta total de tensión neuromuscular e irritabilidad.  (Hamnett 1921)
(Denemberg) Las crías de ratas que han sido acariciadas  al comienzo de su vida y permanecen bien con la madre, pesan más, y se muestran menos inquietas. Lo mismo ocurre cuando la madre es acariciada durante la preñez. (Ader / Werboff / Weininger) Sufre un menor deterioro en los sistemas cardiovascular y gastrointestinal. Muestra menor estrés y más capacidad de adaptación al medio. Aprenden mejor y viven más tiempo.
LAMETEO
Tras una larga experiencia en la observación de los animales mamíferos por sus cuidadores se puede afirmar que el animal recién nacido necesita ser lamido para sobrevivir. 
El aparato genito-urinario y gastro-intestinal requieren para su funcionamiento ciertas estimulaciones cutáneas. (J.  A. Reiniers 1946-49) Los gatos y las ratas necesitan estimulación en las zonas genital, perineal, hocico y bajo vientre. 
Entre los primates las madres lamen a sus crías desde el nacimiento. El lameteo que administran a su propio cuerpo y a las crías tienen la misión especial de estimular las principales funciones corporales: respiratoria, circulatoria, digestiva, reproductora, nerviosa y endocrina
Otros estudios han demostrado que las primeras estimulaciones cutáneas ejercen una crucial influencia sobre el sistema inmunológico, mostrando un nivel más elevado de anticuerpos. Otras investigaciones han constatado un aumento considerable de peso, mayor actividad, menor timidez, mayor capacidad para soportar los efectos del estrés  y más resistencia fisiológica.   
El hecho de impedir que la madre –cabra, oveja, gallina- ejerza estas estimulaciones en el momento del parto, hace que el animal se muestre después incapaz de ejercer esta función. Los animales tampoco identifican a sus crías sino han sido lamidas al nacer. La adquisición de la conducta propia de la especie depende de las experiencias vividas por el animal en ciertos momentos críticos. En la mujer pueden aparecer efectos similares negativos por la práctica consistente en apartar el bebé recién nacido de la madre.
(Harlow) –Observaciones con macacos- Sus colaboradores  postulan que en el abrazo corporal radica la principal razón que vincula  a la madre con el  recién nacido. Definen el cariño maternal en función de diversos factores: los estímulos externos, las experiencias vividas y numerosos procesos endocrinos. Los primeros se relacionan con el contacto corporal, calor, mamada, así como estímulos visuales y auditivos.  Los segundos, referidos a la conducta materna, engloban toda la experiencia de la madre, cobrando importancia las tempranas vivencias de esta y las relaciones mantenidas con los demás hijos. En cuanto a los factores endocrinos, estos  atañen al embarazo, el parto,  y a la reaparición del ciclo ovulatorio normal.
Los corderos que no son lamidos por la madre, no saben mantenerse en pie y acaban por morir. 
La marcada tendencia de todas las crías de los mamíferos a arrimarse al cuerpo de la madre, de sus congéneres o de otro animal indica que la estimulación cutánea constituye una importante necesidad biológica en la que se apoya su desarrollo físico y su conducta.
El contacto de la mano humana resulta más eficaz que la aplicación de un aparato mecánico: Las vacas ordeñadas a mano proporcionan más leche y de mejor calidad. Los caballos se muestran más amigables. A los delfines les encanta recibir caricias. 
Las pulgas ejercen el papel de estimular la piel de los erizos, incapaces de ejercer por sí mismos esta estimulación.
Las distintas formas de estimulación cutánea recibidas al comienzo de la vida revisten una importancia fundamental para el desarrollo físico y conductual. En el hombre lo es además para la consolidación de sus relaciones emocionales y afectivas. El hombre aprende a amar en función de la ternura de que es objeto.
Harlow concluye que el principal papel del amamantamiento radica en el contacto corporal afectivo. Las madres que no eran capaces de ofrecer una estimulación a sus crías no habían tenido tampoco una relación con su madre.
(Yo mismo en mi infancia comprobaba absorto como diversos animales se estimulaban diariamente: Las cabras se restregaban contra las paredes; los caballos, mulos y asnos eran llevados diariamente a revolcarse; los cerdos se rebozaban en las charcas; Las gallinas escarbaban en la tierra para a continuación restregarse. Todos los animales buscaban la caricia en el lomo, el cuello, el hocico, etc., y con ello se calmaban y eran más amigables.)


LA MATRIZ DEL TIEMPO

¿Por qué no lame ni acicala, la madre humana a su hijo? Ni los monos antropoides tampoco lo hacen. Sin embargo hay otra  conducta que ejerce una función similar: es la caricia. Cuando alguien tiene malos modales en Francia se le dice que  “es un oso mal lamido”.  Plinio el Viejo narra, que el oso nace amorfo y que al lamerlo, la madre le da forma. Un sucedáneo del lameteo radica en el largo parto que debe sobrellevar la hembra humana ya que los efectos de las contracciones uterinas son parecidas a los que produce el lameteo, aparte de la estimulación continua por el líquido amniótico y las paredes de la matriz.

El hombre nace más inmaduro y tarda más tiempo en alcanzar la madurez que cualquier otro animal.

LA CRIANZA AL PECHO
Se destaca los beneficios de la crianza al pecho, pero sobre todo su contacto afectivo.
Ternura y cariño solicito.
En el siglo XIX y principios del XX se relatan muchos casos de muertes de bebés por las carencias de contacto corporal a causa de determinadas modas  impuestas por médicos que estaban en contra tanto de la lactancia materna unos, y otros de atenciones y cuidados, rechazando el coger en brazos,  etc. Todo muy rígido y estructurado, las comidas, etc.
Se destaca también la importancia de las caricias durante el embarazo, el parto y el posparto, porque ello despierta las actitudes de la madre hacia el contacto con el bebé.  La crianza a pecho favorece la estimulación cutánea, -primera comunicación entre madre e hijo, o diálogo tónico como dicen Wallon y Ajuriaguerra-, y también favorece la estimulación de los otros sentidos, ya que al mamar, el niño mira a su madre, la oye susurrar o tararear o hablarle, le acoge y abraza, el bebé saborea, y huele. Después, él también tocará, -primer atisbo de coordinación óculo manual-. 


CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Crecimiento es un aumento de tamaño. Desarrollo es un aumento de la complejidad. 

La estimulación cutánea influye tanto en el crecimiento como en el desarrollo. 
Las ratas acariciadas aprenden con más facilidad y crecen más deprisa. Tanto crecimiento como desarrollo dependen de las estimulaciones externas. En el aprendizaje tales estimulaciones han de ser placenteras para que ejerzan un efecto positivo. 
Los animales se parecen a los niños respecto al apego, los más acariciados exploran más  el entorno. / Ganan en peso encefálico y hay mayor desarrollo de la corteza y sub-corteza cerebral. Mayor viveza, curiosidad, y capacidad para resolver problemas.  Mayor crecimiento esquelético y corporal, mejor asimilación de alimentos, son menos asustadizas en situaciones de estrés. 
El sistema inmunológico es más eficiente. Maduración de la pituitaria y de la corteza suprarrenal. Mayor capacidad de aprendizaje y retención superior. Todos los animales reaccionan positivamente a tales estimulaciones tempranas.

La necesidad de contacto y estimulaciones cutáneas se mantiene durante toda la vida. Sin embargo, esto es vital en los primeros días. La piel es el principal órgano sensorial del lactante y tales estimulaciones revisten una importancia crítica para el desarrollo y el crecimiento. 
El cerebro y el sistema nervioso del ser humano se desarrollan plenamente como respuesta a estimulaciones táctiles. Las abundantes e intensas estimulaciones del niño aceleran su desarrollo. El retraso de los niños criados en instituciones se debe a la carencia de estímulos sensoriales cutáneos. Los niños carentes de estimulación no saben amoldar su cuerpo a los brazos del adulto –carecen de dialogo tónico, de acomodación y de adaptación  como lo define  Ajuriaguerra. / Tanto la escasez como el exceso de estimulación originan conflictos y coartan el desarrollo psíquico. 


LA SENSIBILIDAD DEL LACTANTE 

Escalona: – los lactantes dotados de mayor sensibilidad cutánea son los que reciben más cuidados de índole táctil.  
Las sensaciones difusas al principio se van afinando progresivamente.  Tanto la forma y configuración de la realidad exterior son el fruto de una lenta construcción a partir de lo que la experiencia brinda al lactante las cuales penetran a través de los sentidos y experimentan una constante comparación.
El sentir: los ojos, los oídos, la nariz, la lengua, sienten antes que ven, oyen o saborean. En los primeros estadios predomina el tacto y las sensaciones kinestésicas. Más tarde son los estímulos visuales y sonoros.  

Los conceptos de espacio, tiempo, realidad, forma, profundidad, calidad, textura y otros similares se desarrollan a partir de las experiencias táctiles del lactante.
La comunión afectiva y el sentimiento de identidad propia se constituyen a partir de los contactos  e identificaciones que se desarrollan entre la madre y el lactante.  
Las frustraciones cutáneas padecidas en la primera infancia son muchas veces el origen del retraimiento, la frialdad emocional, la falta de identidad, el despego. 
El eczema aparece en niños predispuestos porque no han conseguido obtener de su madre un contacto corporal placentero. 
La relajación está en relación directa con el contacto corporal. Los contactos propios como rascarse, frotarse las manos tocarse la mejilla, etc., parecen cumplir el propósito de infundirse confianza y de reducir la tensión nerviosa. O el tener algo entre las manos una pelota, bola de papel, boli, etc. 
En esquizofrénicos, autistas, asmáticos y otros,  el contacto mediante masaje hizo progresos increíbles.
Las estimulaciones táctiles constituyen una experiencia imprescindible para el desarrollo normal de la conducta. 
La frustración de semejante experiencia durante la infancia acarrea una profunda incapacidad para entablar relaciones interpersonales. 
La torpeza que algunas personas manifiestan en sus contactos sociales como el apretón de manos, el abrazo, el beso… deriva sobre todo del fracaso de la interacción entre madre  e hijo. 
Los trastornos psicosomáticos se desarrollan con mayor facilidad en aquellas personas que se han visto privadas de cuidados maternales -contacto físico, balanceos, mimos, caricias, abrazos, y otras estimulaciones. 
El grado de desarrollo de un ser humano puede medirse por su actitud para abrazar a otros con espontaneidad y placer,  por su capacidad para establecer contacto.
















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domingo, 11 de enero de 2015

EL ARTE y el PODER del TACTO


EL  ARTE  y  el PODER del   TACTO  
Joaquín Benito Vallejo

La piel define el límite y el contenido corporal. Los primeros contactos corporales de la madre con el niño son determinantes para que éste encuentre su integridad corporal y con ello la psíquica.

Sabemos lo importante que es la estimulación de la piel para poner en marcha y activar múltiples funciones fisiológicas imprescindibles para la vida, como lo hace el lameteo de los mamíferos con sus crías recién nacidas. (Ashley Montagu – El sentido del tacto, comunicación humana a través de la piel-. Ed. Aguilar. Madrid 1981)
Sabemos la importancia del contacto corporal en los niños, que como demostró R. Spitz  es fundamental para su supervivencia.
Sabemos que el contacto corporal activa neuronalmente las capacidades cognitivas como se ha demostrado con animales.

Sabemos, sobre todo, que el contacto corporal define la integridad corporal y psíquica. (EL YO-PIEL Didier Ancieu. Biblioteca Nueva Madrid 1987

En los primeros meses de vida del niño el papel de la madre mediante el tacto y el  contacto corporal, es fundamental para formarse la identidad del recién nacido.
Hay que orientar el papel del tacto, más en este sentido, no como medio de adquirir informaciones sensoriales únicamente, sino como el medio para producir una integridad corporal personal a la persona que se toca, al niño. Y más aún si el contacto está centrado en el afecto. A través del tacto y del contacto corporal ofrecido por la madre, el niño va definiendo sus límites corporales y por lo tanto su yo. En este caso el niño no es sujeto activo, no toca, sino que es tocado, es sujeto pasivo, recibe, no da, pero con esta recepción a través del contacto de otro ser, se siente  a sí mismo, va conociendo su propio ser.

jueves, 8 de enero de 2015

CONTACTO CORPORAL CONSCIENTE


CONTACTO  CORPORAL CONSCIENTE 
proceso de aprendizaje

 El contacto consciente en definitiva no es nada más y nada menos que sentirnos a nosotros mismos o  a los demás, o al objeto o herramienta con la que trabajamos o sentir conscientemente lo que estamos haciendo en el momento que sea.

OBJETIVOS GENERALES: Estar en el propio cuerpo  conscientemente / Estar en el espacio / Estar en el otro /

Después puede haber otros objetivos:

Objetivos ESPECÍFICOS: Formas de tocar a otra persona para producir en ella sensaciones agradables. Estimulación sensorial neuronal. Sentir a la otra persona  y hacerla sentir su cuerpo. Posibilitarle su Integridad corporal y por lo tanto personal. Contacto afectivo. Papeles activo y pasivo. Roles de cada uno. Papel activo: seguridad, control, equilibrio; Papel pasivo: abandono, entrega, confianza;



·         Desarrollo de la conciencia del propio cuerpo en la postura y el movimiento.

·         Despertar la escucha en el cuerpo del otro y en su movimiento, así como del espacio compartido, del tono y del ritmo.

·         Establecer un equilibrio en la comunicación.

·         No querer dirigir el movimiento.

·         Adoptar el papel activo dirigiendo conscientemente sin manipular

·         Adoptar el papel pasivo dejándose conducir sin intervenir –

·         Desarrollar el dar – recibir.

Tener consciencia de sí mismo y de los demás. Estar presente en su cuerpo y ser consciente de la presencia corporal del otro. Estar en la piel del otro, en el cuerpo del otro. Sentirlo y hacerle sentir. Acrecentar la imagen corporal; proporcionar autonomía, seguridad, confianza; estructurar el Yo; adquirir mejor comunicación y aprendizaje entre otros aspectos, como multitud de investigaciones han demostrado.

-          Despertar, sentir y habitar zonas aletargadas;
-         Adquirir mayor presencia del propio cuerpo;
-          Establecer mayor conexión consigo mismo;
-          Remarcar el mapa cerebral del cuerpo.

Ejercicios
LA CONSCIENCIA del propio cuerpo hay que estar desarrollándola en cada momento, en cada posición, en el silencio y en el movimiento. En los actos cotidianos. Tampoco significa estar obsesionados con ello. Una vez que se ha adquirido el hábito, queda  integrado en nuestro quehacer y se puede poner en práctica cuando lo necesitemos. Es como un resorte o un automatismo ya adquirido que se pone en marcha en el momento oportuno.

Puede verse como una especie de meditación corporal y en movimiento, donde se pone la atención en sentir y percibir el cuerpo de diversas maneras. No se trata de pensar ni de fantasear, sino de sentir, de deleitarse sintiendo. El proceso puede ser guiado para no perderse. Ya lo indicaremos. De todas formas siempre es posible “perderse”, dispersarse, comenzar a fantasear o pensar. Pero no pasa nada con esto. Solamente hay que darse cuenta y volver a retomar el sentir. Poco a poco las escapadas a la fantasía serán menos.

Este sentir corporal produce un estado de relajación, de tranquilidad y de lucidez inusitados.

En eutonía se desarrollan diversos procesos para esto: conciencia del espacio interno, de los huesos, del volumen del cuerpo, y consciencia del espacio entre otros. Aquí mostraremos algunos ejemplos de mi propio trabajo en estos aspectos, relacionados con la Eutonía y con el Movimiento Orgánico. En los libros “Cuerpo en Armonía” y “Cuerpo, mente, comunicación” ya hemos expuesto otros ejemplos del movimiento y de su consciencia. Aquí nos centraremos en el aspecto comunicativo mediante el movimiento así como los pasos previos de toma de consciencia en sí y con el otro.